¡Hola! Muchísimas gracias por todos los comentarios en redes sociales por la vuelta del blog y visitas al post anterior. Estoy muy contenta de que os gustará la historia sobre la Reina-Faraón Hatshepsut. Esta semana me gustaría continuar con Egipto y escribir sobre una de las historias de los dioses que más me llamó la atención y que tiene que ver con el dios Anubis y los ritos funerarios del Antiguo Egipto.
¿Quién es el dios Anubis?
Anubis es uno de los dioses más antiguos del Antiguo Egipto. Aparecen escritos sobre él desde el IV milenio a.C. Es el dios de la momificación y guardián de cementerios por lo que su imagen aparece en numerosos cementerios antiguos. Fue también el dios de los muertos pero una vez Osiris creció en importancia y adquirió ese título, Anubis pasó a dios del inframundo (Duat).

Es representado con cabeza de chacal y cuerpo de hombre. También puede ser visto como un chacal completo de color negro o un perro salvaje. El color negro es símbolo de resurrección y de la tierra fértil en el Antiguo Egipto.
Existe una leyenda de por qué Anubis es representado de esta manera: en los cementerios solían aparecer muchos perros salvajes y chacales y es por esto que los egipcios decidieron dotar de este aspecto al dios.
¿Qué función tenía el dios Anubis?
Era el encargado de preparar el cuerpo para embalsamarlo y su posterior momificación. Además, actuaba de guía del fallecido por el más allá hasta llegar al tribunal, tal y como se explica en el Libro de los Muertos.

Los sacerdotes y sacerdotisas que realizaban estas acciones con el difunto solían vestir una máscara con la forma de chacal. Anubis fue considerado el protector de los sacerdotes embalsamadores por este motivo.
La importancia del corazón en el Antiguo Egipto
Los egipcios, ya hace miles de años, describen en el “Papiro de Ebers” al corazón como el órgano más importante del cuerpo, y poseía poderes mágicos. Ellos pensaban que era el encargado del pensamiento, la conciencia moral y la inteligencia y en él confluían todos los fluidos del cuerpo, TODOS: sangre, lágrimas, saliva, orina, etc. Vaya asco 😉

Como de todos es sabido, los egipcios creían en la vida después de la muerte y por eso realizaban las momificaciones. Tardaban alrededor de 70 días en completar el proceso. Tiempo en el que se debían crear todos los elementos con el que el cuerpo iba a ser enterrado: sarcófagos, armas, comida momificada, figuras de pequeños sirvientes, etc. Aquí no se escapaba ni el gato. El cuerpo del fallecido era vaciado completamente, a excepción de un solo órgano: el corazón. No tiraban todos los órganos a la basura. Los intestinos, los pulmones, el estómago y el hígado eran guardados en 4 vasos canopos también momificados. El cerebro era desechado porque no tenía ninguna función en la Duat.
Quizá os preguntéis por qué dejaban únicamente el corazón en el interior del cuerpo. Aquí es donde entra en escena de nuevo Anubis, que junto con Horus, eran los encargados de pesar este corazón en la balanza del más allá durante el Juicio de Osiris.
Juicio de Osiris. ¿Cómo eran los ritos funerarios en el Antiguo Egipto?
Era el evento más importante para el fallecido y determinaba cual iba a ser su lugar en el más allá: o estabas preparado para renacer en el más allá o eras devorado por una bestia.
Una vez Anubis conducía frente a Osiris al fallecido por la Duat, Anubis le extraía el corazón de manera mágica y junto a Horus lo pesaban en una balanza. El corazón era depositado en uno de los platos y en el otro se colocaba una pluma de avestruz que era símbolo de Maat, diosa de la justicia y la verdad.

Cuando todo quedaba dispuesto, llegaba el turno para el interrogatorio sobre su vida pasada por ni más ni menos que 42 dioses. Dependiendo de lo que el fallecido respondía el corazón disminuía o aumentaba de peso. Thot, dios de la sabiduría y la escritura entre otros, anotaba los resultados que iba obteniendo a modo de escriba y se los entregaba al dios Osiris.

Si al final del juicio, el corazón pesaba más que la pluma porque estabas lleno de culpa y malas acciones, eras devorado por Ammit, una bestia mitológica con cabeza de cocodrilo y patas de león e hipopótamo. Si por el contrario, el corazón estaba en la misma posición que la pluma, habías llevado una vida justa y estabas listo para el más allá.
En cuanto a lo que pasaba con la momia en el “mundo terrenal” una vez estaba preparada, era el llamado “Ritual de la apertura de la boca”. Un sacerdote tocaba al sarcófago o la momia con una azuela de cobre o piedra y pronunciaba un hechizo, para asegurar que el difunto pudiera hablar y respirar en el más allá.
Tras ello era enterrado o depositado en la cámara funeraria con miles de objetos que le servirían en la próxima vida. En el Museo de El Cairo me llamó mucho la atención la comida momificada y todas las figuras de sirvientes con las que eran enterrado.

Uno de los mayores tesoros encontrados es el del famoso faraón Tutankamón y que va a ser expuesto en su totalidad en el nuevo museo egipcio de El Cairo. Otra razón más para volver a Egipto cuando sea de nuevo posible viajar.
Espero que os haya resultado tan interesante como lo fue para mí la ceremonia del peso del corazón. Muchas gracias y nos leemos en el siguiente post.
Blanca
Me pareció interesante tu relato, y quisiera preguntarte si sabes cuánto mide la figura del chacal (Anubis), encontrada en la tumba del Faraón Tutankamon.
Gracias